doxa.comunicación | 30, pp. 55-77 | 59

enero-junio de 2020

Marcos Zumárraga-Espinosa

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

2012; Gil de Zúñiga, Ardèvol-Abreu y Casero-Ripollés, 2019; Macafee y De Simone, 2012; Yamamoto et al., 2015; Yoo y Gil de Zúñiga, 2014; Zumárraga-Espinosa, Reyes-Valenzuela y Carofilis-Cedeño, 2017).

3. El rol moderador de la pertenencia a grupos políticos y el estatus socioeconómico

La literatura proporciona cada vez más conocimiento sobre los procesos mediadores que explican el impacto de las redes sociales en la participación política online y offline. Sin embargo, queda por precisar los factores que pueden condicionar la intensidad de los efectos movilizadores producidos por el uso político de estas plataformas. Investigaciones empíricas muestran que variables individuales como los rasgos de personalidad, la educación cívica o los valores políticos inte-ractúan con la relación entre el uso general de redes sociales y el comportamiento político convencional en el ámbito offline (Kim, Hsu y Gil de Zúñiga, 2013; Xenos, Vromen y Loader, 2014). Esta relación también tiende a condicionarse por propiedades de la red social digital del usuario, como su tamaño o heterogeneidad (Campbell y Kwak, 2011). Al abordar el uso político de las plataformas digitales se ha podido observar que el uso de tipo expresivo tiende a incrementar el efecto de los usos informacionales (leer noticias sobre temas políticos o sociales, visitar foros online o compartir contenidos políticos, entre otros) sobre la participación política offline (Yamamoto et al., 2015). El referido efecto interacción se ha explicado teóricamente a partir de modelo de ganancias diferenciales (Hardy y Scheufele, 2005). En el caso de la protesta política, los hallazgos realizados por Valenzuela et al. (2016) a partir de datos de diecisiete países latinoamericanos sugie-ren que aspectos como el género, la edad, la ideología política y la interacción con organizaciones sociales moderan la relación entre el uso político informacional de redes sociales (Facebook, Twitter y Orkut) y la participación en acciones de protesta. También se ha observado que la inclinación hacia valores postmaterialistas en términos culturales no constituye un moderador significativo (Valenzuela et al., 2012).

Según el modelo de voluntarismo cívico propuesto por Verba, Schlozman y Brady (1995) la disponibilidad de recursos cognitivos y materiales (dinero, tiempo y habilidades cívicas), al igual que los vínculos con asociaciones de naturaleza política son determinantes importantes de la participación política offline. No obstante, existe la posibilidad de que estos factores también condicionen el impulso movilizador del uso político de redes sociales sobre la participación offline, in-cluyendo los comportamientos de protesta. La incorporación de la esfera digital a la vida política ha estado acompañada de visiones optimistas y pesimistas con respecto al potencial del internet para el fortalecimiento de la democracia. Desde una perspectiva optimista el entorno online ofrece una alternativa menos costosa para la participación en actividades políticas. De esta manera se facilita la movilización política de aquellas personas que han permanecido inactivas en el plano offline por sus limitaciones de recursos (Krueger, 2002). Por el contrario, la perspectiva pesimista propone que el internet y los avances en las tecnologías de la comunicación tienden a ser aprovechados por las mismas personas que se encuentran activas políticamente de manera offline. En otras palabras, los recursos disponibles siguen jugando un pa-pel decisivo al momento de aprovechar las oportunidades brindadas por la esfera digital en términos de acción política (Schlozman, Verba y Brady, 2010).

Varias investigaciones se han propuesto verificar estas tesis contrapuestas, encontrándose en algunos casos que si bien aspectos como la educación y el nivel de ingresos siguen influyendo positivamente en la participación política online, su