doxa.comunicación | 30, pp. 55-77 | 57

enero-junio de 2020

Marcos Zumárraga-Espinosa

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

periodo de mandato de Rafael Correa (2007-2017). Una década marcada por la baja tolerancia del gobierno frente a la oposición política (Meléndez y Moncagatta, 2017). A pesar de ello, los episodios de protesta social no dejaron de estar presentes, asociándose a cuestiones como la explotación petrolera de una parte del parque nacional Yasuní, las reformas a la educación superior, modificaciones al código penal, entre otras (Basabe-Serrano y Martínez, 2014).

2. Redes sociales, conductas políticas digitales y protesta política offline

El entorno digital y las innovaciones en las tecnologías de la comunicación redefinen continuamente los modos de acción política de gobiernos, organizaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanía en general. Desde una perspectiva sociológica, la participación política online forma parte de un cambio en la manera de hacer política de las nuevas gene-raciones, quienes manifiestan mayor preferencia hacia las actividades políticas de carácter expresivo y no convencional (incluyendo actos de protesta), además de vincularse en menor medida con los partidos políticos tradicionales (Calenda y Meijer, 2009). Es así que las redes sociales, y su utilización como herramienta política, han generado efectos beneficio-sos tanto en las prácticas habituales de los grupos políticos como en las opciones de participación de los individuos. La esfera digital reduce sustancialmente los costos de comunicación, haciendo posible que las organizaciones políticas y movimientos sociales expandan el alcance de sus acciones en términos de movilización y reclutamiento (Krueger, 2006; Theocharis et al., 2015). Plataformas como Facebook y Twitter abren la posibilidad de difundir mensajes movilizadores a gran escala de forma directa e indirecta (Gibson, 2015; Lee, 2019). Esto último implica dejar que los miembros de las orga-nizaciones asuman un papel más activo y autónomo en la creación, personalización o comunicación de contenidos para movilizar el apoyo de sus contactos, teniendo especial relevancia aquellos vínculos débiles que las redes sociales digitales permiten visibilizar e incrementar (Anduiza et al., 2014; Enjolras, Steen-Johnsen y Wollebæk, 2013; Gustafsson, 2012). Los mensajes difundidos vía redes sociales explican en parte el involucramiento en protestas políticas de aquellas personas que deciden apoyar una causa específica de forma espontánea (Theocharis et al., 2015). Como resultado los grupos políti-cos son capaces de alcanzar la masa crítica necesaria para coordinar acciones colectivas de manera más rápida y a menor costo gracias a las utilidades brindadas por las redes sociales (Valenzuela, Arriagada y Scherman, 2012).

A nivel individual, se ha encontrado que la frecuencia en el uso de redes sociales se asocia con la participación política offline. Según el meta-análisis desarrollado por Boulianne (2015) a partir de estudios empíricos generados en países de-sarrollados y en vías de desarrollo, el uso de redes sociales tiende a ejercer efectos significativos sobre la participación política offline, sea de tipo convencional o protesta. Al profundizar en la explicación de dicha relación, los hallazgos de la literatura especializada apuntan hacia la ocurrencia de procesos mediadores como la transición hacia un uso político de estas plataformas digitales, sea por motivos informacionales o expresivos. En otras palabras, a mayor presencia en redes sociales resulta más probable que alguien consuma una mayor cantidad de información política de manera deliberada o incidental (Bode y Dalrymple, 2016; Choi, 2016; Shah et al., 2007; Tang y Lee, 2013). Efecto similar se observa en torno a la expresión de puntos de vista y opiniones políticas (Gil de Zúñiga, Molyneux y Zheng, 2014; Ji, Zhou y Kim, 2017; Shah et al., 2007; Yang y DeHart, 2016). En consecuencia, las conductas políticas informacionales o expresivas desarrolladas mediante espacios como Facebook o Twitter ayudan a fomentar la dimensión política individual, aumentado en conse-