doxa.comunicación | 26, pp. 59-80 | 61

enero-junio de 2018

Análisis de las campañas contra el castigo físico a menores en EspañaAna Rosser Limiñana

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Algunos trabajos señalan un descenso en el uso del castigo físico en algunos países como Canadá (Fráchette y Romano, 2015), aunque el azote o el cachete siguen siendo práctica habitual con niños pequeños (Zolotor et al., 2011). Sin ánimo de ser exhaustivos, estudios más recientes como los de Hecker, Hermenau, Isele y Elbert (2014) en Tanzania, Enosh, Leshem y Buchbinder (2016) en Israel o Umeda, Kawakami, Kessler y Miller (2015) en Japón así lo corroboran.

El castigo físico a los menores ha sido también una práctica habitual en el repertorio de pautas educativas de los padres y madres españoles. Los estudios de prevalencia realizados sobre el tema han mostrado que, para una gran parte de la socie-dad, todavía es un método educativo eficaz, aceptable y recomendado, aunque su aceptación haya ido descendiendo en los últimos años (Bussmann, Erthal, y Schroth, 2009).

De hecho, un estudio realizado por el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en 1997, en el que se entrevistaba a 3500 españoles mayores de 18 años, señalaba que el 2% de los españoles aseguraba que pegar es imprescindible “muchas veces” y un 43’3% indicaa que era imprescindible algunas veces. Un 40’5% estaba de acuerdo con que “algunas veces es necesario un buen bofetón para mantener la disciplina”. El 30% reconocía reaccionar de vez en cuando pegándole a su hijo una bo-fetada ante un conflicto grave (Juste y Morales, 1998).

Posteriormente, los datos recogidos al respecto en el Estudio 2621 del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, 2005), con la encuesta Actitudes y opiniones sobre la infancia, pusieron de manifiesto que el 59,9% de la población española con-sidera que “un azote o una bofetada a tiempo puede evitar más tarde problemas más graves”.

La normalización del uso del castigo físico como estrategia de disciplina quedó así mismo reflejada en otro trabajo reali-zado por la organización Save the Children en 2004, en coordinación con la Plataforma de Organizaciones de Infancia y la Dirección General de la Infancia y las Familias del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales en las comunidades de Castilla la Mancha y Madrid. De este se desprende que el 47% de las madres y el 46% de los padres se consideraban con derecho a pegar y gritar a sus hijos.

En el estudio llevado a cabo en 2007 por Bussmann, Erthal, y Schroth (2009), que examinaba la situación en cinco países europeos: Suecia, Austria, Alemania, Francia y España, cinco mil padres (1000 de cada país) fueron entrevistados sobre el uso y las actitudes hacia el castigo físico, sus propias experiencias de violencia y su conocimiento y creencias acerca de la legislación existente. Según este estudio, más de la mitad de los padres españoles (55%) dijeron haber golpeado levemente a sus hijos en la cara, un 80% en el trasero, un 31% reconocieron haberle dado una “sonora” bofetada en la cara y un 6,7% le había golpeado con un objeto. Aun cuando un 16% de los padres españoles nunca había usado el castigo físico y un 84% estaba de acuerdo con que el castigo físico a los menores se debe usar lo menos posible, se trata de cifras muy elevadas, es-pecialmente si se compara con los datos de prevalencia de otros países como Suecia donde la aceptación del castigo físico a los menores no supera el 8% desde los años noventa (Jason, Jernbro y Langberg, 2012).

Uno de los estudios más reciente realizado en España (Gámez-Guadix et al., 2010b) con estudiantes universitarios de la Comunidad de Madrid refleja que el 63% de los varones y el 63,8% de las mujeres fueron castigados físicamente a los 10 años. Las madres utilizaban algo más esta práctica disciplinar que los padres (42,9% de los padres y 50,1% de las madres había azotado, abofeteado, golpeado, o dado un manotazo a sus hijos). Por su parte, Calvete, Gámez-Guadix y Orue (2010), en un trabajo con 1371 adolescentes, encontraron que las madres emplean más acciones de disciplina de todo tipo que los