180 | 30, pp. 179-185 | doxa.comunicación

enero-junio de 2020

Strategic public relations to foster trust and reputation

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

Presentación

A pesar de las diferentes denominaciones que desde distin-tos sectores se quiere conferir a las relaciones públicas, su origen no es que se remonte siglos atrás (Thomas Jefferson en 1802 e incluso, en términos de responsabilidad, en 1827 ya fue utilizado por el reverendo Hoyt), sino que hoy por hoy es una profesión crucial para la gestión del comporta-miento de las organizaciones. Prueba de ello es la literatura académica que prolifera desde principios del siglo XIX, y su abundante y mucho más extensa práctica profesional. Desde el conocido trabajo de Edward Bernays, como ase-sor en diferentes crisis de la industria americana y del en-foque comunicativo innovador de Ivy Ledbetter Lee con su propuesta de conducta responsable para la industria de John Rockefeller, las relaciones públicas han evolucionado sustancialmente. De hecho, a James Grunig se le considera el gran teórico de la profesión y sus aportaciones son re-ferentes entre los notables estudiosos de la Academia. Su Teoría de los Vínculos y la Teoría Situacional de los Públicos sostienen el gran paradigma de la disciplina que venimos enseñando en las aulas universitarias y que también supo-ne el éxito de su praxis profesional y de ingente valor en la actualidad, como muestran las investigaciones de este monográfico.

La reputación y la economía de la confianza son conceptos estrechamente relacionados y de extraordinaria actualidad entre las empresas e instituciones. Sin embargo, ambos son resultado de la estrategia de relaciones públicas, que persi-guen influenciar en los públicos a partir de conductas res-ponsables para generar la confianza y lograr la reputación. La comunicación a tal efecto debe ser igual de responsable y coherente con los comportamientos. Informar y comu-nicar no son lo mismo; en relaciones públicas, informar debe servir para comunicar. Los objetivos de información persiguen dar a conocer un tema y que este sea retenido para abordar los objetivos de motivación que promueven

Presentation

Despite the variety of names that different sectors want to confer to Public Relations, the importance of its origins is not that it goes back centuries (Thomas Jefferson in 1802, and even in terms of responsibility, it was already being used by Reverend Hoyt in 1827). Instead, nowadays this profession is crucial for managing the behaviour of organisations. Proof of the above is the academic literature that has flourished since the beginning of the nineteenth century, as well as its widespread use and much more extensive professional practice.

Since the time of the well-known work of Edward Bernays, who laboured as a consultant in diverse crises involving American industry, and the innovative, communicative approach of Ivy Ledbetter Lee with his proposal of responsible conduct for John Rockefeller’s industry, public relations has evolved significantly. In fact, James Grunig is considered the authoritative theoretician of the discipline, and his contributions are a reference among the outstanding scholars of Academia. His opinions regarding active communication behaviour and the Situational Theory of Publics support the influential paradigm of the discipline that we have been teaching in university classrooms, and represents the success of his professional practice and the enormous value at the present time, as demonstrated by the investigation in this monograph.

Reputation and the economics of trust are closely related concepts and of extraordinary relevance among companies and institutions. However, both ideas are the result of a public relations strategy that seeks to influence the public through responsible behaviour in order to establish trust and achieve reputation. Communication for this purpose must be equally responsible and consistent with behaviour. Reporting and communicating are not the same; in public relations, reporting must serve to communicate. The