doxa.comunicación | 28, pp. 133-150 | 135

enero-junio de 2019

Mario F. Benito Cabello y José Sánchez Leyva

ISSN: 1696-019X / e-ISSN: 2386-3978

mente al desarrollo tecnológico, permite observar no sólo cómo la tipografía es uno de los elementos fundamentales de la cultura visual sino la manera en la que se producen los procesos de mediación cultural con la tecnología que la posibilita.

El objetivo de esta propuesta es reflexionar sobre el carácter mediador de la tipografía y ejemplifica, con el uso de los ca-racteres góticos durante el nazismo y previamente la lucha entre caracteres góticos frente a romanos en el Renacimiento, la operación cultural de las formas de visualización en la era digital. El hecho de que se asocie cierto contenido a un signo, entendiendo que el signo es a su vez forma y contenido, implica el esfuerzo de explicar el funcionamiento de los elemen-tos de la significación: presencia, intención y motivación, en la consideración barthesiana. A partir del análisis de estos ejemplos, se trata de poner de manifiesto cómo las estrategias visuales-estéticas, de puesta en imagen y de conformación de la mirada (tres dimensiones diferentes pero interrelacionadas) operan hoy la mediación de lo social. Teniendo en cuen-ta, aunque no lo tematicemos, que la tipografía desde sus características visuales desarrolla una función comunicativa y estética que, además de permitir el proceso de lectura, puede generar significaciones que de cierta forma favorecen la interpretación de un texto.

La hipótesis de trabajo es que la realidad visual no es innata ni inevitable, todo lo que vemos puede adoptar una forma distinta, por lo que detrás de lo que se ve hay otras muchas posibilidades visibles que han sido rechazadas. Los motivos de la elección tipográfica –diálogo entre presencia y ausencia– nos hablan de que la condición de lo visible es arbitraria y los modos de presentar lo existente y sus representaciones nunca son completos y obedecen a operaciones simbólicas de pro-ducción de sentido que realizan lo social. La tipografía, entonces, forma parte de los imaginarios sociales contemporáneos.

Para desarrollar los objetivos propuestos, en coherencia con la naturaleza exploratoria de este trabajo, se ha optado por una metodología basada, por un lado, en la revisión bibliográfica que, por la propia naturaleza de un artículo, no puede ser exhaustiva pero rigurosa y trabajada. Y, por otro, hemos realizado un análisis de dos tipografías, selección que ha permi-tido ilustrar las consideraciones teóricas; consideraciones que, a su vez, han sido propiciadas por ellas. En este trabajo se revisan diferentes perspectivas teóricas que se enmarcan en la semiótica, no tanto para sostener posturas cerradas como para realizar una reflexión rigurosa sobre las aportaciones que desde diferentes ámbitos se realizan sobre nuestro objeto de estudio. La constatación de que los signos vehiculan ideas sobre el mundo, hacen circular sentidos y éstos suponen modelos y esquemas de organización del conocimiento que representan “directrices ideológicas”, es decir, representacio-nes que conforman una determinada visión del mundo nos llevó a adoptar esta perspectiva como orientación teórica y metodológica.

2. La tipografía como grafema

Tipografía es un término polisémico que se refiere a diferentes aspectos de las artes gráficas. En primer lugar, puede en-tenderse como el diseño completo de una publicación, la correcta disposición de los elementos en la página así como la elección de los tipos de letra, tal y como precisó Stanley Morison en su ya clásica definición incluida en la Encyclopaedia Britannica publicada en Londres y Chicago en 1929, y que sigue apareciendo hasta el día de hoy:

La tipografía puede definirse como el arte de disponer correctamente el material de imprimir de acuerdo con un propósito específico: el de colocar las letras, repartir el espacio y organizar los tipos con vistas a prestar al lector la máxima ayuda para la